lunes, 22 de septiembre de 2008

Soñé que era cucarachin

Soñé que era un Cucarachin y lejos de ser una aventura Kafkiana, fue una aventura cósmica. Las cucas podemos explorar cualquier tipo de hábitat, yo no era más que una cucaracha citadina que vivía en el Domino's Pizza del metro Chapultepec (me gusta la pizza).
Mi anatomía era de lo mas sofisticado, mi caparazón backpack resistente a las caídas y al agua contaba con un abastecimiento de bebidas, tenía un popote que terminaba en una espiral de donde yo podía beber un rico trago coqueto. Mis antenas con airport proyectaban todo tipo de información en mi globo ocular, también contaban con un "patas libres" para que no me distrajera en mi andar al recibir llamadas. Mis patitas tenían unas botas con ventosas que me permitian caminar por todo tipo de superficies, esto si que era exitante. De a poco fui descubriendo mis poderes tenía visión nocturna y al enfocar podía calcular la distancia y la velocidad en la que me podía desplazar de un lugar a otro y eso no era todo, al hacer el cálculo con un fuerte parpadeo se desplegaban unas alas de aluminio-itrio-niquel (una aleación sofisticada) de mi caparazón y volaba ¡SIí! ¡VOLABA!, no dominaba la técnica y en mi primer intento después de librar varios pies y tratar de pasar desapercibida entre la multitud, llegue al gran Castillo de Chapultepec, sería lindo vivir aquí, pensé. Paradita en el asta bandera afine la puntería y aparecí justo a las faldas de la torre mayor, subí por los cristales, la vista de la ciudad cada ves era mejor, podía ver el Castillo de Chapultepec y era ¡justo a mi tamaño!, finalmente ese castillo se había encogido y que decir de las avenidas de la "Ciudad Cucaracha", millones de blatidos transitando por las calles, la conquitasta de los blatidos era una realidad, al llegar a la punta de la torre tope con un huevo Kinder Sorpresa, la sorpresa era un minirocket, después de armarlo subí en el; 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, despegue... la Ciudad Cucaracha cada vez era más pequeña, paso de Ciudad Hormiga a Ciudad Pulga hasta que la pedí de vista, choque contra un satélite sin duda alguna se trataba de la luna. Un placido lugar sin humanos que piensan que los vencimos, para que queremos tener la tierra y sobrevivir a la radiación, en la luna uno puede vivir placidamente sin tener que soportar las expresiones de asco y repulsión de la que somos víctima cada ves que nos cachan en la cocina o nos topan en las banquetas. ¡Al diablo los humanos y la herencia de la Tierra!, que se queden en su inmundicia yo me quedo aquí a planear la conquista del universo.

Fotografía: tendría una pero la verdad es que no me atrevo a tomarle una foto a una cucaracha... Ni por que las exilié a la luna son de mi agrado, esta fue una pequeña narración terapéutica, ojalá y nunca sueñe que soy cucaracha. dah!

2 comentarios:

Gabrielle RG dijo...

Mejor cuenta cuando saltaron los cucarachines del pastel...
Guáaaaaaaaaaaacala

Chopperstardust dijo...

noooo guácalaaaaa!!! es lo peor que me ha pasadooo daaaaahhhh!!! ni pa que recordarlo... :@