miércoles, 3 de diciembre de 2008

Zona de Guerra



Siempre he creído que en este país, particularmente en esta ciudad suceden cosas que en ninguna otra parte suceden o al menos no me ha tocado ver, a pesar de que desde hace ya muchos años esta ciudad es inhabitable me encanta vivir en ella, tanto nuestras autoridades como la ciudadanía y hasta la naturaleza siempre tienen algo con que sorprendernos y cuando crees que ya es lo último que pudo pasar siempre hay algo que supera esa expectativa.
Hoy nuestra hermosa ciudad luce como un campo de guerra, todas las calles y avenidas están perforadas, obras públicas por todos lados, ni siquiera los marchistas tienen donde circular, ya ni mencionar el estrés y la tensión que viven los automovilistas, la gente que es aplastada día a día en el transporte público y el suplicio de los motociclistas, peatones y ciclistas. Dentro de todo este marco de caos hay historias que vale la pena contar, al menos para relajar la quijada como es la historia de la Chica Achu.
Me encontré con una buena amiga, después de disolver esperanzas en el humo de una taza de café, por cierto muy revitalizador esa mañana, subí a mi auto, me dirigí a mi oficina, circulaba sobre la calle de Puebla en la colonia Roma a la altura de esa iglesia tan bonita en la calle de Orizaba, la luz roja me obligo a mirar el entorno, el puesto de tacos de la esquina estaba lleno de gente, la verdad yo no podría comer tacos a esas horas de la mañana, mientras esperaba el cambio de luz una chica desalineada sin preocupación alguna probablemente obligada a salir de sus cobijas cruzaba la calle, derrepente su gesto cambio, su cara se incho, su cuerpo se lleno de aire y solto un estornudo tan grande que le revolvió el cabello, en un segundo como acto de magia ¡desapareció!. Desapareció justo delante de mis ojos delante del cofre de mi auto, mis ojos se abrieron como plato y mi respiración se corto cuando percibí que algo había golpeado mi auto, efectivamente, era la Chica Achu, pasaron 15 segundos y la vi aparecer, los comensales de tacos mañaneros habían dejado su plato para ir en su ayuda, yo no entendía que le había sucedido, sin embargo la Chica Achu se levantó sin mirar a nadie, ni siquiera a los chicos que iban en su ayuda, siguió su camino como si lo acontecido fuese parte del sueño que la habían obligado a abandonar, la luz verde encendio y cuando arranque, la llanta de mi auto se hundió en tremendo boquete que no hizo más que arrancarme la carcajada, la pobre Chica Achu había ido al centro de la tierra de un estornudo, ja ja ja ja.. no cabe duda que me alegro la mañana, ese día fue muy bueno no hay como comenzar la mañana con una buena compañía, un buen café y una buena historia que contar. Cuidado por donde caminan, estamos en zona de guerra.

Corresponsal de guerra: Chopperstardust

4 comentarios:

Unknown dijo...

Qué anécdota más maravillosa.

röghertz dijo...

Gracias mi Alma, me hiciste la mañana con esta anécdota... sobre todo en estos blue days of mine... Te mando un abrazo basuroso

Gabrielle RG dijo...

Qué chingadazo

Paula Yalú o Paula de Sebastián dijo...

Hola hermosa!!!

No sabia quien eras y ahora me di cuenta!!!
Gracias por seguir mis blogs, es un honor para mi estar en tu lista.
Gracias! Un beso enorme.